No somos simples observadores de la realidad sino constructores de las experiencias de acuerdo a nuestros instrumentos de percepción y procesos de construcción de significado. Los seres humanos somos constructores de nuestra realidad. Por lo tanto, no hay una realidad, sino "realidades personales".
El paradigma de las cogniciones como causantes de las emociones se combina con el de las emociones como organizadoras de las construcciones de significados.
Los procesos de asignación de significado se expresan en patrones aprendidos a través de las experiencias durante toda la vida. Estos patrones son las formas personales de solucionar los problemas. Los patrones se modifican a través de nuestras experiencias y para resolver nuevos desafíos, pero a su vez tienden a su estabilidad , a resistirse al cambio, para protegerse de la incertidumbre y el caos. En la terapia ya no se trata de enseñar al paciente a no cometer "errores" al percibir o evaluar la realidad. Ahora se trata de abordar los procesos de asignación de significado que no le permiten solucionar sus problemas. La terapia supone proporcionar experiencias nuevas que permitan desarrollar nuevos patrones.