La terapia Humanista está basada en la idea de que el individuo es bueno por naturaleza, y su desarrollo está orientado a la máxima realización personal.
Así se concibe que el individuo es libre de elegir y controlar su destino.
Lo problemas psicológicos no se localizarían en un plano inconsciente, sino en una realidad fenomenológica, basando la dinámica del problema a nivel de incongruencias o conflictos personales, que terminan por hacernos dudar de nuestra propia identidad. Esto puede dar lugar a ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales.
La terapia por tanto, estaría centrada en el cliente, ayudándole a explorar en aquellas partes propias que se ha negado o que son contradictorias. Para ello es necesario la auto-exploración del campo fenomenológico (insight), que sería como contestar a las siguientes preguntas: ¿Qué me pasa?. ¿Por qué me pasa?.